viernes, 20 de diciembre de 2013

Estudiantes villarealinos crean historietas sobre la discriminación




Julissa Hinojosa y Ana Santander
Estudiantes del 3º "C"

Recuerda, "quienes tienen un sentido personal positivo se sienten valorados y merecedores del aprecio y el afecto de los demás, lo que a su vez les permite estar emocionalmente libres para dar y sentir afecto hacia otros. Estas personas tienen habilidades para interactuar, especialmente para cooperar y compartir, y esto las hace sentirse seguras y en condición de igualdad en situaciones sociales. Son además capaces de ganar aprobación con su comportamiento y tienen confianza en lo que pueden hacer; sus metas son realistas y saben recompensarse a sí mismas por sus logros. Además, la persona con un sentido positivo de sí misma se siente bien aceptando las reglas y los límites que le ponen sus padres, profesores o cualquier otra autoridad legítima" (Frisancho, S.) ¡Ten un sentido personal positivo!

Estudiantes villarrealinos crean historietas sobre la discriminación


Fabían Huamaní
3º "A"
Recuerda, es importante revalorizar el papel de la comunidad en el desarrollo de los valores morales y democráticos.

Estudiantes villarrealinos escriben historietas acerca de la discriminación





B. César Flores y Kenny Padilla
Estudiantes del 3º "C"



Recuerda tratar a los demás como te gustaría que te traten.

lunes, 19 de agosto de 2013

Escribir cuentos

Oswaldo Reynoso dice que para escribir debemos primero leer, leer y leer. Si uno no lee, no puede ser escritor.
El segundo consejo que da es escribir, escribir y escribir. Explica que lo fundamental consiste en escribir, escribir y escribir. Debemos incluir en este apartado lo de corregir, corregir y corregir...
El tercer consejo es el de vivir intensamente, porque si no, de qué se va a escribir, dice Oswaldo.
Entonces para escribir se debe leer, leer, leer; escribir, escribir, escribir y vivir, vivir, vivir intensamente...

"Cuando despertó, el dinosaurio todavía estaba allí". Augusto Monterroso



LA RATA DESTRIPADA
Marcos Vallejos Palomino
Según doña Josefina, hay una rata que pela los cables eléctricos en el vecindario. Gracias a esta rata han muerto dos niños quienes pisaron descalzos un charco que estaba haciendo contacto con la corriente. Para atender el aciago asunto, los vecinos pusieron una de las mejores trampas para rata. Pero esta rata inteligente logró evadir todas las trampas. Ella entró a las casas a comer las provisiones de las personas sin ningún reparo. Pero un día, un niño vio a la rata correteando por la calle, mientras la rata cruzaba no se percató de que venía un bus. El bus aplastó a la rata dejándola aplanada en la pista con un gran charco de sangre y todas sus tripas regadas en la calle.  


 EL POLLITO EN LA CARRETERA
 Yajahida Irribarren
El pollito llamado Sandro caminaba un día por el bosque. Se dio cuenta que había perdido el camino, se perdió irremediablemente. El pollito siguió caminando y encontró una carretera. No sabía qué hacer. Veía muchos carros y comenzó a desespararse. Entonces empezó a correr y cruzó la pista luego que la aparición inesperada de una vaca lo asustara. Él corría sin pensar en nada. En ese momento, un camión, a mucha velocidad, se atravesó. Pero afortunadamente, el camión pudo frenar. El conductor, impactado, bajo del camión a ver al pollito. Se conmovió por su ternura, lo levantó y se lo llevó.

domingo, 21 de julio de 2013

Las figuras retóricas y su importancia


       La retórica, antes del siglo I, era considerada como una ciencia del discurso oratorio y se constituía en un cuadro totalizador y globalizado de la construcción textual, supeditada a la finalidad de mover al oyente. Pero, luego de esa fecha, la retórica se vio disminuida debido a la amputación de sus partes principales: la argumentación y la composición, perdiendo de ese modo, su cuadro teórico inicial. Con el tiempo fue reduciéndose más aún, hasta convertirse solo en la teoría de la elocución, una ciencia del ornato verbal, una taxonomía de figuras más o menos ordenadas y vinculadas con los viejos manuales de preceptiva literaria. De este modo, la retórica perdía el nexo que, a través de la dialéctica, la unía a la filosofía y la lógica. 
        
        En la época medieval es cuando la retórica pasa a ser una pedagogía sobre los medios del ornato verbal, queda reducida a una ciencia de la palabra donde se equipara lo literario y lo figurado, así los tratados de la lengua literaria habían devenido en taxonomías de figuras. En consecuencia, la retórica se instituye como paradigma teórico de la oposición entre lengua literaria y lengua gramatical. La primera suponía un voluntario apartamento respecto a la norma de la gramática y que los recursos verbales de la lengua literaria son modificaciones de la norma lingüística (desvío). En otras palabras, la lengua literaria sería la sustitución de un lenguaje cotidiano por otro más elevado a través de las figuras (retórica). Vistas así las cosas, las figuras se constituían en ornamentos, solo adornos del discurso.

      Afortunadamente hoy, la retórica ya no puede ser entendida solo como una teoría del uso específico únicamente del lenguaje literario ni puede ser reducida a un simple procedimiento de desviación de la norma. Las investigaciones de García Berrio, Chaim Perelman y Stefano arduini nos permiten recuperar el corpus teórico de la retórica, consolidándola como ciencia general de los discursos, un eslabón central, un punto de encuentro necesario entre la pragmática, la sociolingüística, la dialéctica y la semiótica.  De acuerdo a esto, la conexión entre el lenguaje y el mundo está constituida por esquemas retóricos con una función cognitiva. El campo retórico es el eje de la relación entre producción y recepción, entre creación e interpretación que garantiza una comunicación en la que los procedimientos retóricos, lejos de ser adornos, son herramientas que establecen vías de relación pragmático cognitivas que atraviesan la construcción lingüística discursiva (sobre todo los tropos: metáfora, sinécdoque, metonimia) con la que se produce la conexión comunicativa.

      En conclusión, las figuras retóricas poseen una función constructora y formadora. Son herramientas o medios que nos permiten ordenar y relatar el mundo, así como relatarnos y construirnos a nosotros mismos y esta es la magnitud de su importancia.   
LOURDES QUISPE HUAMÁN 

domingo, 10 de marzo de 2013

Cómo dar clase a los que no quieren

Lo que debe tener en cuenta un profesor para una gratificante convivencia en el aula
Para la sana convivencia en el aula, donde nos interrelacionamos profesores y alumnos y/o alumnos-alumnos, es necesario desarrollar una serie de actividades que nos permita alcanzar los objetivos del proceso aprendizaje-enseñanza, es decir, una adecuada gestión de las relaciones interpersonales (y las que necesariamente conllevan actitudes, emociones, comportamientos) que nos permita desarrollar una clase con eficacia y eficiencia, proclive a la sana convivencia y al buen rendimiento. Estamos hablando, entre otras cosas, de la inteligencia emocional del profesor en el aula y de cómo cuando el clima interpersonal es bueno, sube el nivel académico.
Escuche sobre el tema en el Seminario impartido por Juan Vaello Orts. Master de profesorado en Educación Secundaria. Universidad Miguel Hernández de Elche.